humo fragante, por el sol deshecho,
sube a perderse en el calado techo
o se dilata en la anchurosa nave,
está el Tetrarca de mirada grave,
barba canosa y extenuado pecho,
sobre el trono, hierático y derecho,
como adormido por canciones de ave.
Delante de él, con veste de brocado
estrellada de ardiente pedrería,
al dulce son del bandolín sonoro,
Salomé baila, y en la diestra alzado,
muestra siempre, radiante de alegría,
un loto blanco de pistilos de oro.
LA MITIFICADA DANZA DE SALOMÉ QUE OSCAR WILDE DESCRIBIÓ EN SU OBRA COMO "LA DANZA DE LOS SIETE VELOS"
El personaje de Salomé mantuvo los rasgos de la historia hasta la época moderna, en la que todo artista perteneciente al movimiento romántico y sus derivados, convirtieron a la joven Salomé en una mujer fatal; en la que, dada su naturaleza femenina, se concentraban todos los males de humanidad.
El escritor francés Gustave Flaubert, escribe en 1877 “TRES CUENTOS”: Un corazón sencillo, La leyenda de San Julián el hospitalario y Herodías. En éste último, describe de esta forma la danza de Salomé:
…“Sus pies pasaban uno delante del otro, al ritmo de la flauta y de untar de crótalos. Sus brazos arqueados llamaban a alguien que siempre huía. Le perseguía más ligera que una mariposa, como una Psiquis curiosa, como un alma vagabunda, pareciendo dispuesta a echarse a volar. [...] El abatimiento había sucedido a la esperanza. Sus actitudes expresaban suspiros, y toda su persona tal languidez que ya no se sabía si lloraba a un dios o se moría en su caricia. Con los párpados medio cerrados, torcía la cintura, balanceaba el vientre con ondulaciones de ola, hacia temblar sus dos senos y su rostro permanecía inmóvil y sus pies no se detenían. [...] Bailó como las sacerdotisas de la India, como las nubias de las cataratas, como las bacantes de Lidia. Se volvía a todos lados como una flor agitada por la tempestad.”…Esta descripción inspiró al irlandés Oscar Wilde, a escribir su particular visión sobre el personaje. En 1891 publica en Francia “Salomé”, ya que en Londres estaba prohibido representar temas bíblicos. Presenta a una Salomé bailando la danza de los siete velos, enamorada y rechazada por Bautista, que perversa y vengativa desea que le sirvan su cabeza en bandeja.
A partir de aquí comienza la “Salomemanía”. La obra se traduce al inglés, alemán y español. Son muchos los artistas de fines del XIX y principios del XX a los que interesa, interpretándola en sus obras; teatro, cine, ópera, música… quedando claro en ellas el marcado sentido erótico que la figura de Salomé a adquirido ya en esta época. El séptimo arte se interesó pronto por el personaje y en 1908 fue llevada al cine.
La obra escrita por Oscar Wilde está llena de simbolismo (relevancia de la luna) y una tensión dramática que sirvió para que el compositor alemán Richard Strauss, creara la òpera de Salomé.
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La Bella Otero |
1901 - La española conocida como La Bella Otero, la representó en el famoso cabaret parisino Folies Bergere, que tuvo mayor esplendor desde los años 1890 a los 1930.
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Florence Lawrence |
1908 - Florence Lawrence, la primera actriz canadiense que llevó el personaje de Salomé al cine. Conocida como “La Chica de las Mil Caras”. Actuó en más de 270 películas de varios estudios cinematográficos.
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Maude Allan |
1908 – La canadiense Maude Allan, pianista, actriz, bailarina y coreógrafa, llevó su visión de Salomé al teatro basada en la obra teatral de Oscar Wilde. Su versión de la Danza de los Siete Velos se hizo muy famosa. Llegó a anunciarse como la "Bailarina de Salomé".
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Theda Bara |
1918 – La actriz estadounidense Theodosia Burr Goodman, Theda Bara, la primera mujer fatal del cine. Se convirtió en la primera estrella prefabricada por unos estudios cinematográficos, que explotaron su imagen de vampiresa y le cambiaron el nombre a Theda Bara, anagrama de Arab Death (muerte árabe).
1923 - Alla Nazimova, actriz y productora cinematográfica y teatral ruso-estadounidense.
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Alla Nazimova |
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Yvonne De Carlo |
1953
– La estadounidense Margarita Carmen Cansino Hayworth - Rita Hayworth- ,
una de las más emblemáticas actrices del cine americano. Su padre era
el bailarín español Eduardo Cansino, natural de Castilleja de la Cuesta
(provincia de Sevilla, en España).