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Nailiyat (Ouled Nail dancer) |
La principal fue la situación de sus mujeres, o Nailiyat; no sólo eran extraordinariamente independientes para las normas de las culturas tribales o musulmanas, incluso también lo eran para los estándares tradicionales de las culturas europeas. Disfrutaban de una libertad desconocida por cualquiera de los más ricos y las mujeres más audaces antes de la "revolución sexual". Eran conocidas también por sus elaborados trajes, joyas y danzas.
Libres es independientes, en la adolescencia, trabajaban como bailarinas y practicaban el arte de hacerse amar. Viajaban a las ciudades sin escolta de hombres, acompañadas de sus madres, abuelas o tías (que no sólo les aconsejaban y ayudaban, sino que también las mantenían en casa).
Las madres transmitían a sus hijas el arte de la danza y de la seducción; aprenden a ser graciosas, voluptuosas y a agradar a los hombres, con el fin de acumular una fortuna personal y poder comprar una propiedad en el país, y sólo después de haber hecho esto iban a buscar el matrimonio.
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Bailarina de un Cafe de Argelia, 1917 National Geografic |
Privadas de sus medios de subsistencia tradicionales, muchas fueron ante la posibilidad de ganar un buen dinero a burdeles móviles alojados en remolques de camiones que se utilizaron para traer prostitutas a los soldados en el frente de batalla o en los puestos avanzados aislados. Para el final de la Segunda Guerra Mundial ya la vida de las Ouled Nail cambió de forma irreversible.
LA DANZA DE LAS OULED NAIL.
Este artículo encontrado en la prensa del año 1889 (durante el período de la colonización francesa de Argelia que transcurrió desde 1830 a 1962), escrito por Guy Dr. de Maupassant, relata como eran los bailes de esta mujeres.
UN BAILE ARGELINO. - Las Ouled-Nail.
(La Monarquia. Madrid. 10-1-1889) por Guy Dr. de Maupassant
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Ouled Nails foto de Maure en Birska |
Boukhari es el primer villorrio en que se encuentran las Ouled Nail. yo quedé estupefacto ante estas cortesanas del desierto.
Después aparecen otras y otras, con el mismo tocado-montaña, que deja caer de cada lado una gruesa trenza que llega hasta la orega, y que, recogida por detrás se pierde de nuevo en la masa de los cabellos. Algunas ostentan riquisimas diademas. El pecho está cubierto de collares, medallas y de pesadas joyas, y dos gruesas cadenas de plata, cinceladas con espero, rodean el talle y caen hasta las rodillas, donde terminan en una cerradura del mismo mental.
Los anillos de los tobillos son de plata maciza. Cuando poseen en piezas de plata el valor de 200 o 300 francos las entregan a los joyeros mozabitas, que se las devuelven convertidas en esos anillos cincelados, en cadenas o en cerraduras. Su monumental tocado, enredo ingenioso y complicado de trenzas ensortijadas, exige un día de trabajo y una increible cantidad de aceite. Se peinan una vez al mes y cuidan mucho, por consiguiente, el elevado y extraño edificio de cabellos, que exhala un olor intolerable.
Pero donde hay que verlas es cuando danzan, por las noches, en el café moro.
El villorio yace en el silencio. Blancos fantasmas se agitan tendidos a lo largo de las aceras. La noche estival está inundada de estrellas, y las estrellas de Africa brillan con claridad intensísima, de diamantes flamígeros. Al dar la vuelta a la esquina os sorprende un ruido, una música bárbara, un bramido de tambores de cuero, que domina el clamor ensordecedor de una flauta que hace sonar con su aliento infatigable un diablo de ébano, un negro, el dueño del establecimiento.
En el interior del café, hileras de seres inmóviles, sentados en bancos a lo largo de las blancas paredes, bajo un techo muy bajo, y en el suelo, en grupos, con sus oropeles deslumbrantes, sus brillantes joyas; sus altos tocados con diademas que recuerdan los bajos relieves egipcios, las Ouled-Nail que esperan.
Sobre un tablado, los cuatros tamborileros hieren frenéticamente la tersa piel de sus instrumentos, y el dueño, el diablo de ébano, se pasea majestuosamente soplando furiiosamente en su flauta, sin descansar, sin desfallecer un momento.
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Ouled Nail bailando |
Entonces dos Ouled-Nail se levantan y van a colocarles en el espacio que dejan libre los bancos y empiezan a bailar. La danza es una marcha lenta que ritma el talón haciendo sonar los anillos de los pies. A cada uno de estos golpes todo el cuerpo se doblega en una especie de cojera metódica, y sus manos, elevadas y extendidas a la altura de los ojos, se vuelven a cada movimiento con una viva trepidación, con una sacudida rápida de los dedos. El rostro, ladeado, rígido, impasible, permanece inmóvil, un rostro de esfinge, en tanto que la mirada oblicua queda fija en las ondulaciones de la mano como fascinada por el movimiento suave que corta sin cesar sobre la brusca convulsión de los dedos.
Así van la una hacia la otra. Cuando se encuentran sus manos se tocan, parecen estremecerse, sus talles se doblegan dejando arrastrar un largo velo de encaje que va desde el tocado hasta los pies.
Entonces se rozan, combadas hacia atrás, como desmayadas, en un lindo movimiento de palomas y el largo velo se mueve como un ala; enseguida, erguidas de súbito, impasibles, se separan, y cada una contínúa hasta la línea de espectadores haciendo sonar el talón lenta y ritmíticamente.
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Una Ouled Nail (Publicidad turística) |
Antes, todas eran de una sola tribu, los Ouled-Nail. Así reunían una dote y volvían a casarse, después de haberse creado una fortuna. Volviendo una tarde de Boukhrari, a la puesta de sol, vi tres de estas mujeres, dos con túnicas de color escarlata, la otra con túnica azul, en pie en medio de una multitud de hombres sentados a lo oriental o acostados. Parecían diosas salvajes dominando un pueblo prosternado.
UN LIBRO. "Flute of Sand"
Durante la década de 1950 Lawrence Morgan vivió en el oasis argelino de Bou Saada. Él llegó a conocer a la tribu célebre de las bailarinas, las Ouled Nail, inmortalizadas en el siglo 19 por los artistas orientalistas y escritores. En este libro descubre su naturaleza audaz, intrigas y el lenguaje secreto. Fuera de circulación durante muchos años, se trata de un facsímil de la edición original de 1956.
SU MÚSICA.
EN LA PINTURA.
El pintor francés, Alphonse-Etienne Dinet (1861-1929), viajó por primera vez a Bou Saada (Argelia) en 1884. Le fue otorgada la medalla de plata en la Exposición Universal de París en 1889, ese mismo año fundó la Sociedad Nacional de Bellas Artes de Francia junto con otros artistas. En 1903 compró una casa en Bou Saada, donde pasaba largas temporadas cada año. En 1908, anunció su conversión al Islam en una carta privada; completando su conversión formal en 1913, en la que cambió su nombre por el de Nasr Eddine Dinet.
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Esclavo de Amor y Luz de mis Ojos. Etienne Dinet. Óleo de 1904 |
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Chicas Bailando, Dinet 1904 |
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Chicas cantando y bailando de la tribu Ouled Nail. Etienne Dinet. Óleo 1902 |
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Traje Festivo, Dinet 1907 |
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En la Terraza a la luz de la Luna, Dinet 1908 |
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Mujer joven, Dinet 1888 |
Se puede ver más obras de Dinet en el siguiente enlace: http://www.artcyclopedia.com/artists/dinet_etienne.html
EN FOTOGRAFÍA.
EN FOTOGRAFÍA.
Estudio de fotografía de Auguste Maure en Birska |
El fotógrafo francés, Auguste Maure (1840-1907) retrató a las Ouleds Nails en su estudio de Birska (Argelia).
Fotografías de Auguste Maure en Birska (1860-1935):http://dondesoi.free.fr/Maure/#photo=702/album=20
LA DANZA DE LAS OULEDS NAILS, película coloreada (1938). www.lobsterfilms.com
EN LA MÚSICA CLÁSICA.
El compositor inglés Gustav Holst, creó está Suite Oriental en 1909-10, llamada "Beni Mora", inspirado en un viaje que hizo a Argelia y en las Ouled Nails. (I. First Dance [0:00] - II. Second Dance [4:24] - III. Finale: In the Street of the Ouled Nails [7:28])
Un interesante artículo publicado por Giselle Habibi en Un Mundo de Luz "Danza y prostitución en la Argelia colonial" (Traducción resumida del artículo de Barkahoum Ferhati* “La bailarina prostituta conocida como Ouled Naïl, entre el mito y la realidad: 1830-1962“).