Le pregunté al Ney:
¿De qué te lamentas?
¿Cómo puedes gemir sin poseer lengua?
El Ney respondió:
Me han separado del cañaveral
y ya no puedo vivir sin gemir y lamentarme
Haznat Molana Yalal-ud-Din Rumi (1207 -1273)*
El Ney (flauta sufí de caña) es uno de los instrumentos más humildes - si no el que más - de cuantos se utilizan en las músicas interpretadas en los países, de Marruecos a Pakistán, de Turquía a Irán.
Y es humilde, en primer lugar, por la materia prima de la cual está hecho: un simple trozo de caña. Humildes son también sus orígenes, ligados, muy posiblemente a la vida de anónimos pastores que mataban el lento transcurrir del tiempo soplando melodías en una caña, eso sí, sabiamente agujereada. Y, por último, es humilde incluso hasta su propio timbre, volátil e intimista, capaz de hacer vibrar las fibras más íntimas de nuestro ser.
El Ney es el instrumento musical con mayor raigambre mística. Poetas de la talla de los persas Hakim Sanaí, Mahmud Shabistari o Hafez Shirazí lo han evocado en sus versos. Pero, sin duda, ha sido el persa Hazrat Yalalud-Din Rumi (1207-1273), quien mejor ha sabido transmitirnos todo el universo simbólico que el ney atesora.
Escucha el ney, escucha su historia
que se lamenta tristemente de la separación:
"Desde que me cortaron del cañaveral,
mi lamento ha hecho llorar a hombres y mujeres.
Yo quiero un pecho desgarrado por la separación,
para poder hablarle del dolor del anhelo.
Todo el que se ha alejado de su origen,
añora el instante de la unión.
En cualquier asamblea entoné yo mi canto melancólico
y me hice compañero de los felices y los tristes.
Todos me entendieron según su propio pensamiento,
pero nadie trató de hurgar en mi corazón el más hondo secreto.
Ese secreto no está lejado de mis lamentos,
pero no tiene esa luz ni los oídos ni la vista para captarlo.
No está velado el cuerpo por el alma,
ni el alma por el cuerpo,
pero nadie es capaz de contemplar el alma"
Ese canto del ney es fuego, no aire.
¡Quién no tiene ese fuego, merecería estar muerto!
Ese fuego es el fuego del amor que arde en el ney,
el hervor del amor que posee el vino.
El ney es el confidente de todo aquel que está separado de su amigo,
sus cantos desgarran nuestros velos.
¿Quién ha visto jamás un veneno y un antídoto como el ney?
¿Quién ha contemplado jamás un consuelo y un enamorado como él?
(MASNAWI)*
* El "Masnavi ye Manavi" o Masnavi espiritual, es una de las obras más reconocidas en la literatura poética mística persa y sufí del poeta místico musulmán persa Yalal ad-Din Muhammad Baljí (Balj 1207-1273 Konya), conocido como RUMI - en referencia a la región de Anatolia, actual Turquía, donde vivió la mayor parte de su vida y que era conocida con este nombre por los árabes, turcos y persas: la tierra de Rum (de "los romanos": el imperio romano de Oriente o Imperio Bizantino). El filósofo y poeta es conocido también como Mawalana (en árabe), Mawlavi (persa) o Mevlevi (turco) que significa "nuestro maestro".
Referencia: Notas a propósito del ney, la flauta sufí de caña. Hayyí Jalil Bárcena - http://www.nematollahi.org.